miércoles, 2 de abril de 2014

Mis rarezas

Yo soy más rara que un perro verde si ser rara es que me guste la soledad, adoro la soledad porque no me gusta fingir cosas que no siento ante los demás, porque no quiero parecer mal educada si esquivo encuentros o personas, si no acudo, si no voy, si no me río, si no participo. Yo soy más rara que otro perro verde si voy a mi bola fuera de los rebaños sociales, pero siempre tengo lista mis sonrisa para las ocasiones en las que toca sonreír porque me sale de los mismos ovarios, o del corazón o de donde me de la gana. Decía mi admiradísimo Mario Benedetti que de vez en cuando hay que hacer una pausa, imagino que sin prisa, pero hay que hacerla y contemplarse a sí mismo o misma mismamente sin la fruición cotidiana, examinar el pasado rubro por rubro, etapa por etapa, más o menos como en la vuelta ciclista a España, y darnos cuenta de qué coño hicimos mal para quedar en tan mala posición , y con mucha calma examinar los baches y las caídas, y aprender a correr bien, no más, no mucho, pero bien y sin caernos. Dijo también este pedazo de hombre de las letras y la poesía que no debemos llorarnos las mentiras sino cantarnos las verdades. Yo con mi rareza de perro verde, intento cantarme  frente al espejo mis verdades y mis neuras, y como dice Alejandro Sanz, cuando nadie me ve puedo ser o no ser. Este año lo inicié de otra manera, más a mi manera, fuera de los convencionalismos que no van conmingo, elijo la soledad como compañera porque ella no me miente, porque es sincera y fiel, porque me ve desnuda y no se enfada si no sonrío antes las gilipolleces que no me hacen gracia. Este año es mi año sabático para mis caprichos raros o no, solos o con leche o con la granizada que ha caido a media tarde. Este año me quedo conmigo, con la sonrisa siempre dispuesta de mi hija, con el facebook de mi hijo en la distancia, con las travesuras de mi Zegrí, con los besos ciegos de mi madre cargados de azúcar, "ella y yo somos diabéticas" y nos endulzamos la vida mutuamente. Me quedo también con  las llamadas de quien me quiere bien, con los recuerdos de lo que me apetece recordar, porque tiré  a la basura lo que dejó de importarme Mi espejo me mira y me ve tal cual soy de imperfecta y sin embargo me quiere,  camino por mi vida como quiero en la medida que puedo sin dar muchas explicaciones y conmigo pan y cebolla. No sé si me explico.

1 comentarios:

A las 2 de abril de 2014, 10:33 , Blogger mariajesusparadela ha dicho...

Yo quiero a ese perro verde.
Porque me gustan los perros.
Y solamente por eso...

 

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